Mujer a base de imágenes y palabras y olores de
afuera que ya no sientes.
Mujer, sentiste a alguien que respiraba olor a
miel y sin embargo te fuiste buscando olor a café, a mate en la boca de otro que
fuma lento y te mira, después a libros, a baritas mágicas, después a perros,
plazas, parques, otras ciudades, otros idiomas y mas y mas olores que te enamoraron
pero de los que corriste, siempre corriste.
Mujer que se ama tanto y casi nada a veces,
mujer araña, mujer cópula, de huesos flacos y omoplatos de pájaro.
Tus piernas son tan débiles como tu fuerza, tu
imaginación es tan grande como lo que te confunde, porque te confundes de ti
misma, mujer.
Te enamoran los escritos, la música, los
gemidos, las palabras de amor, los paisajes que inventas y ofreces al otro,
como peces, como panes, como alimento básico de subsistencia.
Mujer tan pequeña y frágil, tan dura y erguida
te ven, es que tan así te presentas. Siempre habladora, movediza, tan segura y
gritona.
Mujer que hoy a nadie besas, mujer que te
proteges de ti misma, mujer murciélago, serpiente y felino.
¿Te encuentras ahora?
Te mimas y golpeas, te enamoras y desenamoras
de ti ahora.
Mujer, vas desvistiéndote de cables y
conexiones invisibles, vas al encuentro de esa parte de mundo tuyo que te falta
ver y se te aparece, y te llama y te toca y te quiere muda, cayadita o
llorando, pero te quiere sola.