miércoles, 25 de noviembre de 2015

Una tarde escuché hasta que se hizo de noche


Todo su relato me lleva a películas, a calles, muertes, terrazas, amores, sexo y sillones donde nunca estuve; pero prometo que siento su olor.

Confieso que me sorprende la manera en la que velozmente enlaza las palabras; yo no puedo relatar así mi vida, y mucho menos hacerlo sin nudos en el alma. Tengo el hermoso don de emocionarme a cada instante; que se me trabe la lengua y empezar a desordenar palabras; y si… ahora lo reconozco como un don, hasta que me pudra de nuevo y recuerde esa teoría de mierda, y me sienta una burra emocional.

Todos sus llantos, todas las esquinas que nombró, todo lo perverso y fetiche de ese amor bañado de histeria y rico perfume; su dolor en la espalda por el esfuerzo de la infancia; la caja con té en hebras en el mirador donde yo pasé mi adolescencia; tiene olor a mezcla.

Huelo todo junto: cáscara de naranja quemadita en un hogar, amor y frescura, padre enfermo,  placer oscuro,  sueño de color confuso por dormir toda una noche en una habitación llena de humo, donde la gente planea, se pudren las pocas frutas arriba de la mesa, y se guardan los odios.

Todo lo intenso que dice pasa por mis piernas, me camina la sangre y  me transpira las manos; pero aquella dulce y pícara mujer sabia que nombra; me da alivio sin intermitencia. Esa mujer es grande, rebelde y sensible; juro que se le eriza la piel y saborea todo.

Cada una de las  frases que pronuncia, los ojos que le brillan al contarme y se pierden recordando, me hacen temblar; no sé si por amor o empatía; no sé si por el miedo a estar nuevamente frente a otro Dios; o por lo terrible y precioso de esta vez sentir, que también yo soy Dios, a veces frágil, tan volátil, tan alegre y fácil de destruir como un panadero o la ceniza de una hoja de papel; pero Dios.

Y está claro que el secreto es jugar, crear milagros como Ud. lo hizo, dibujar en la mente todo el pasto verde y la calma que anhelamos.


Divertirse…como dijo Elena.

domingo, 11 de octubre de 2015

Lo que sé de mí

Muero un par de veces por día, lo necesito; como un descanso para volver a  los ejes que elija, o que pueda.
Disfruto del olor a tierra mojada como de ninguna otra cosa que se huela; disfruto de acariciar a mi gata y que estire para atrás el cogote; disfruto de un beso en la nuca mientras siento la respiración profunda y suave de quien me besa; disfruto de levantarme cuando amanece y la luz recién se está asomando; no antes cuando es de noche, no después.
Sueño muchas cosas cuando duermo, a veces grito mientras sueño, otras me río, como de picardía y amor.
Disfruto cuando los niños se divierten y quieren charlar conmigo; disfruto de mojar a mi sobrina mientras juega con sus pies llenos de barro.
Me pongo contenta cuando estoy en casa y afuera hay viento fuerte; y cuando llueve… cuando llueve me siento de maravillas; deseo que se corte la luz para quedarme entre velas.
Disfruto de caminar en la sierra; sentir la fuerza de mis piernas; saltar entre las piedras sin tiempo para pensar; disfruto de los amigos de mi perra, de que sea sociable y buena, de que la quieran y la visiten; disfruto de darles de comer, de invitarles agua y de mirar como mi gata se defiende a cachetadas cuando la molestan.
Me gusta cocinar, pero más me gusta que alguien disfrute de mi comida.
A veces y con mucha frecuencia tengo ganas de desaparecer; si mi madre usara polleras largas me escondería dentro varias veces por día; tendría una varita de magia que haga que todo enmudezca, y nadie más me mire, ni me señale ni me hable ni me pida nada.
Me gusta muchísimo que el viento mueva el pastizal amarillo de la sierra, ver su danza suave y perfecta.
Me conmueven los encuentros; el gesto del cuerpo cuando siente amor.
Egocéntrica y mujer; enamoradiza/ lejana/ solidaria/ graciosa/ llorona y medio burra/ dubitativa y segura/ inconstante y detallista/ persona con cara de dibujo exagerado.
Siento que los últimos años lloré más veces que en toda mi adolescencia; también me reí a carcajadas y jugué a bailar… Me alegra mucho bailar.
No sé jugar juegos de mesa, los prefiero espontáneos; con reglas que se muevan de acuerdo a lo que convenga. Le temo a las reglas.
Híper laxa e inflexible; el difícil aprendizaje del equilibrio.
No sé si soy antigua, mediana o nueva; Diosa/ caricatura o lo que sea, pero también estoy pensando seriamente en migrar a Groenlandia como algunos que conozco.







sábado, 3 de octubre de 2015

Días de rojo

La semana pasada la luna se puso de color rojo, muchos en el cielo deben entenderlo mejor que yo; un cambio extraño de aspecto, como quien cambia el color de sus ojos.
Hace un mes mi luna interna se puso roja; y elegí tomarme dos días sin memoria/
muchos en el cielo deben entenderlo mejor que yo.


lunes, 9 de febrero de 2015

Nada extraordinario

Acá en el pueblo todo sigue casi igual, nunca ocurren grandes movimientos; solo pequeñas cositas; pequeñas hojas que van naciendo, un charco nuevo, los perros de la calle ahora tienen collar y algunos negocios fueron cerrando, de a poco...como se cierran las sonrisas de los grandes jefes cuando termina el verano.
Me di cuenta que la señora de las esencias siempre combina la ropa con un moño y que el chico del kiosco más nuevo ya no saca el cartel, el viento acá cuando atardece es fuerte; la plaza en estos días está llena de payasos y chicos que tocan música, los jovencitos tenemos más trabajo y los jubilados caminan incesantemente por las mismas calles, comprando las mismas cosas, hablando las mismas cosas, peleando por las mismas cosas.
No hay algo extraordinario, pero están las pequeñeces esas que impiden el suicidio masivo de todos los vecinos; la lluvia que siempre moja diferente, los ojos de los niños que no son del pueblo, los olores de la siesta, la sonrisa de un flaquito que toca la guitarra como si su vida fuera más liviana, las heladerías nuevas.
Yo creo que cuando la Sra. deje de combinar su moño, los jubilados se animen a caminar descalzos, los jovencitos nos comencemos a mirar un poco más y los perros se pongan un cartel que diga "no nos gusta usar collar", ahí la cosa va a cambiar...ahí vamos a cantar un poco más y hasta quizá las calles se quiten el asfalto.

Niño alto

Te cuestan las palabras rosas y las oraciones largas…porque tu mente es larga, alta como tu cuerpo…y tenés que dejarla corretear tranquila…que las palabras bajen a la boca como baja el agua.
En tu mesita de luz, tirado al costado de un par de cosas o entre los juguetes de tus hijas te espera un Principito; él quiere saberte así…tan niño como sos,  con ojos chinos como ahora; ojos con risa aunque a veces estés triste o preocupado como adulto que se pone nublado.
Por ser tan puro, es que al Principito le encanta cuidarte…ama verte bailar y ser estrella.
Niño alto:
no hace falta que aprendas a hablar “bonito”, hace falta que no dejes de jugar.
Hay objetos que robaste graciosamente cuando adolescente; corridas con amigos, un viaje que te hizo muy alegre y dos mujeres de tamaño muy pequeño que te aman y van con vos a mirar un pelotero construido arriba del agua; eso es lo importante.
El principito sabe que sabes mirar, y sabes oler y te gusta el pasto corto y las plantas desprolijas para cuidarlas; eso es importante.
Niño alto: Esas cosas que soñás y según tu mente adulta no recordás, son las que al Principito le siguen dando aire.

Cada vez que ves el cielo lleno de nubes y te dan ganas de rutas, el Principito respira y vos también…….porque también sos él. 

sábado, 7 de febrero de 2015

Me perdí de nuevo en esa boca chiquita que me habla más dulce que otras bocas y me besa más grande que otras bocas más grandes.
Tengo que decirte que tu pérdida de noción del tiempo, esa laguna en este mismo lago que vos haces y llenas solo de tus inventos, me genera ira y rabia por el deseo de meterme ahí, con vos.
Tus manos son de gnomo y tus pies también, aunque ahora no camines descalzo por el pedido hartante de tu madre.
Yo no la quiero a tu madre, ella me cae muy mal y me sonríe con esa cara tan maquillada y con sus tacos y pulseras.
Yo no la quiero a ella ni me interesa ni me intriga; te quiero a vos y esos pasos que das.
Te quiero a vos y a tu perro, tu perro rítmico como todos los perros.