lunes, 15 de octubre de 2012

me quiero leer ese libro del pájaro que da cuerda al mundo, ir a un espacio lleno de agua y olor a verdes, y también conseguirle un collar coqueto a Nubes, para que luzca su cuello suave con los bigotes apuntando a los vecinos, que ni se enteran que ella existe, pero ella los observa todas las tardes y las siestas, y también cuando no la veo y ronronea descansando como vieja chusma en la ventana.
El vecino tiene muchos gatos, todos flacos y peleados andan, se enroscan, hacen el amor muchas noches y maúllan, el de la cabeza grande que es papá de los nenes de Nubes es tan feo que me asusta, entra y come y toma agua, agua fresca que Nubes le guarda, a la madrugada, cuando apago la ultima luz, entra despacio, cuidadosamente, hago como que no lo sé y en mi pensamiento llamo al labrador de tierras, a ese príncipe que tiene los ojos llenos de laurel.