Los días de franco son bastante extraños, uno
piensa lo feo de los otros días y en todo lo que quiere hacer, pero las horas
no alcanzan y entonces termina uno por no hacer casi nada o tan poco…por suerte
cada vez que me pongo un poco chinchuda por lo poco amable del tiempo, y y me
enojo conmigo por la facilidad que tengo para malhumorarme y transmitirle eso a
mi cabeza, que empieza a doler y la cara se me pone fea y mas arrugada y la
boca junta, recuerdo esa miradita tuya, y nuestros paseos al supermercado, y tu
canción del escaramujo y tus informes de ciencias naturales, miro tus dibujo y
son como recordatorios de mí cuando era niña.
Cuanto misterio en tus líneas, cuanto de
historia en cada mancha, cortita historia, pocos años pero esos ojos de bambi
tan profundos, tan largos.
¿Cuánto de ese sinfín de líneas inocentes me
queda? ¿Cuánto de todo brillo se queda con uno aunque nos hagamos altos y cada
vez con menos pulgas y menos tiempo para dibujar y más tiempo de menos
paciencia y pocas emociones coloridas y menos juegos en el piso?
Me gustaría descifrar tus dibujos, seguro
guardan secretos como saberes encriptados, escondidos en símbolos infantiles
llenos de puntos.
¿Y por qué tantos espacios en blanco?
No preguntes tanto tía.
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