Los perros en Santa Rosa cantan muy fuerte y
largo, las almohadas son
duras pero huelen a mamá, a mate y cigarrillo, a largas charlas. Las teclas se escuchan
ampliadas, marcando la distancia entre los perros y yo.La gata duerme debajo de la máquina de coser,
es una gata rara, medio salvaje y verde que come todo el día.
Los pájaros en Merlo también cantan muy fuerte
y largo, se vuelven locos todos los días a partir de las seis y cuarto de la
tarde, cantan como desesperados de canción unos diez minutos, solo eso, pero es
suficiente para que yo inmóvil me sorprenda todos los días por el mismo evento.
A mis gatas les aumenta el apetito a esa misma hora y de vez en cuando se
portan como gatas y me traen de regalo algún pájaro muerto, desgarrado/
agonizante. Ahí es cuando por un rato me enojo mucho con ellas pero al final
las entiendo y el pájaro termina tirado en el patio, porque además no se lo
comen, solo juegan como si fuera un pájaro-pelota o sonajero.
Por la ruta a Concarán se cruzan chanchos,
chanchos gordos y extraviados, quizá valientes chanchos que salieron a pasear
escapándose conscientes, o chanchos distraídos que solo perdieron el rumbo por
no seguir la chanchada.
Lamentablemente de estos chanchos veo pocos,
creo que las vacas son chusmas y buchonean, por eso no se animan a ser más,
aunque deben estar nucleándose de a uno en algún campo alejado de la ciudad,
sin hombres y sin perros y sin vacas, organizando la liberación masiva o
simplemente jugando cartas y engordando de la risa.
Entonces:
- A todos los pájaros merlinos les gusta cantar en
coro a las seis y cuarto de la tarde.
- Al menos una vez cada dos semanas, un pájaro experimenta
la sensación de ser pelota y termina muerto.
- Mis gatas una vez cada dos semanas, piensan que
su dueña es una loca que las quiere y las desquiere solo por haber jugado con
un chillón plumudo y con alas.
- Los perros en Santa Rosa todos los días, saben que
una gata medio verde recibe más mimos que ellos, y a la noche cantan muy
fuerte, pidiendo a la luna que les mande un niño bueno.
- Al menos una vez al mes, un chancho de Concarán
se libera y pasa a habitar un campo de chanchos de izquierda o simplemente
chanchos libres, sin molestias de ninguna vaca ni órdenes de ningún hombre
panzón.
- La casa de mi mamá sigue oliendo a casa de mi mamá
y sus almohadas siguen doliendo, pero siempre al despertar me reconforta un
mate y el sol que entra por la ventana de su cocina sabiendo que nos quedamos
hasta tarde, mimando yo a la gata verde, escuchando después los cantos
perrunos.
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