jueves, 15 de agosto de 2013

he aquí una señorita

Dos o tres veces al día la señorita tiene taquicardia. Generalmente es por la noche, al terminar de cenar, antes de dormir. Jura y perjura que toma todas las noches una taza de té de algún yuyo tranquilizante pero que no le hace nada, y aclara que pone doble saquito.
El novio de la señorita dice estar muy aturdido, muy cansado ya de que ella hable tanto de lo mismo y que siempre ande nerviosa, tiene miedo de "despertarse muerto un día", asi dijo.Ella habla y lo pelea mientras duerme, se levanta, gruñe, se enoja y lo golpea. El novio está preocupado, un poco harto.
La señorita anda en una moto-nueva muy sucia y tiene muchos tics, varios se focalizan en la zona de los ojos, suele guiñarlos compulsivamente y también mirar al costado hacia arriba y a la derecha.
La señorita tiene dos gatas y reconoce que a veces olvida dejarles comida, también olvida hacerles caricias apenas ingresa a su casa,
La sujeta en cuestión respira realizando inhalaciones mínimas que la llevan a dar grandes bocanadas de aire cada media hora.Tiene miedo de respirar. Eso está mal. Apenas sale de un lugar cerrado a un lugar abierto se prende un pucho.
La señorita lleva consigo tres cuadernos y la computadora portátil, todo cargado en una mochila, junto a una billetera, perfume para la ropa, cigarrillos, encendedor, llaves de su casa, pañuelitos descartables, una bolsa por las dudas, cartuchera, manteca de cacao, una pashmina si es que no la lleva puesta. Todo organizado en los diferentes bolsillos de la mochila contenedora. 
Por todo lo anterior infiero: 
La señorita se constituye claramente, en un peligro vial y en una dueña gatuna un poco negligente. 
Debería bailar más tango, poner más en movimiento el cuerpo, tomar cursos de tranquilización mental, ejercitar más la paciencia, vivir más sin adelantarse al futuro, tomar más té de cedrón/manzanilla y melisa, permitir que le haga efecto. 
La señorita tendría que aprender de nuevo a respirar, el aire que toma es chiquito.
Debería fumar menos, ser menos quisquillosa, tener menos cuadernos en uso, trasladarse más liviana, comprarse un auto que no le deje sentir frío a la mañana, respirar más lento, aprender a disfrutar, dejar de tener miedo, no pensar tanto en los posibles eventos negativos sorpresivos y dejar la bolsa en su casa.
Se hace sumamente necesario que concurra semanalmente al arroyo, que se junte más con los árboles, que mire más para arriba, de día y también de noche.
La señorita necesita un curso de supervivencia emocional ante el primer y nuevo empleo profesional, este espacio debería crearse, una academia, aunque sea una salita de primeros auxilios al flamante profesional con miedo. 
Es posible que la chica esté en riesgo de patatús mental si es que la situación no se modifica a la brevedad, está vulnerable, irritable, abominable...aunque tenga casa, comida, agua. 
Asistir con cariño y acciones que aumenten su sensación  de calidez, disminuyendo sus altas capacidades para mandar todo al carajo. 



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