Yo
no soy Ofelia
No
tengo los labios llenos de nieve ni las venas rotas ni la soga al cuello,
Sólo
me muero de a ratos; en otros, me descubro aferrada a mis cajones, a mi silla y
mi neurosis.
Yo
no soy Ofelia pero ella me estremece;
Como
cuando un gato se estira y grita por comida, con la cola parada y los ojos que
se salen.
Me
estremecen.
Yo
no soy Ofelia
Pocas
veces arranco las puertas de mi casa
Mi
alma es un desorden.
Conozco
los nombres de algunas flores pero no de tantas como ella
A
veces he regalado melisas, hacen llorar.
Pero
no tengo un horno para mi cabeza ni un Hamlet para mis oídos.
Yo
no soy Ofelia
Pero
trabajo cerca del grito del mundo, lo camino y me lo lloro con barro
Desentierro
relojes para enterrar los míos
Me
los cuelgo en los ojos como lágrimas.
Yo
no soy Ofelia
Hago
el amor en la cama, en la silla, en la mesa
A
veces a la siesta, pero pocas veces si no quiero.
Ofelia
Me
estremece la tristeza de su nombre
Tan
delgada como un tallo
Tan
frágil y pequeña
Tan
blanca y loca
Tan
Ofelia.
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