domingo, 20 de marzo de 2016

Ejercicio- Reconocerme

Soy una mezcla de sapo con gato.
Tengo de gato que nunca juego con agua, no me gusta, no me salpiques porque me pongo loca, nunca me empujes como una pelota porque me pongo más loca y se me enfría el corazón, se arruina mi pelaje y me arden los ojos como si me inyectaran arena, Me gusta solo un chapuzón, rapidito, o quedarme dentro del agua un momento, ya más humana e inmóvil.
Así como no me gusta jugar con agua, tampoco me gustan las aves, pareciera que soy un gato bastante miedoso. Todo lo que tenga plumas me asusta un poco, quizá por eso me peleo en silencio con ellas; me gustan más en otros patios, vuelan muy alto amenazando mi cabeza, las miro y son tán rápidas, tan frías, tan fuera de mi alcance que me generan ganas de correr; aún así admiro a las personas que las aman y les dan de comer, no entiendo ese cariño, a mi me espantan.
Además de un poco gato, soy un poco rana, de piernas largas y piel blanda; encontré la superficie y la elegí, dejé de ser renacuajo para quedarme saltando y comiendo bichos, mejor si es de noche y alguna lámpara me alumbra tenue. Me gusta la noche, idear juegos que provoquen saltos en la gente; a veces asusto pero también hay quienes me respetan y me dejan tranquila haciendo mis tareas, cantando para que llueva y jugando con otras ranas que se acercan.
Me gusta un poco el enchastre, hacerme caricias con barro puede estar muy bien, después descansar en el pasto, aplastar la espalda en una piedra tibia y que el agua solo renueve mis pies.
Me gusta sentir el piso, caminar y trepar descalza, no me duele; las piernas se me extienden como elásticos, son livianas, ágiles y blancas.
Soy una mezcla de gato y rana, puedo respirar profundo y nadar un poco pero que se vea el fondo; sino salgo pataleando, sintiendo la amenaza de algún pez gordo que me persigue obsesionado, y me lo quiero comer, pero me gana salir saltando.
Me gustan los mimos sequitos, suaves como un durazno y también fuertes como rasguños, puedo concentrarme y relajar el cuerpo, pero siempre estaré atenta como un gato mientras duerme, como una rana rodeada de bichos y algún humano que moleste.
Prefiero hacer el amor cerca de un charco pero arriba de una manta, un pastito verde o una piedra  suave que nos aloje, escuchando el ruido del agua cuando se mueve, sabiendo que está cerca pero no nos cubre ni provoca escalofríos.
Me enojo como un gato, me entristezco como una rana cuando croa y no llueve, juego alegre en lo sequito, maúllo, saboreo, me divierten los niños y las rondas.
Me busco; mejor si está oscuro y me alumbra alguna vela, me busco,  a los saltos, con las patas llenas de caminos  y la concentración de un gato.   


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario